Se supone que Judas traicionó a Jesucristo por 30 monedas. Dicho monto, traducido en dólares o euros, lo hace a uno pensar ¿por cuánto han traicionado los medios de comunicación venezolanos a sus usuarios?. ¿Cómo ha beneficiado a los medios, privados y públicos, plegarse a sus intereses económicos y políticos olvidando su compromiso con la ética y el equilibrio informativo?.
¿Cuánto cuesta para una sociedad la traición de un medio de comunicación social? Teóricos como Adorno y Horkheimer definieron en su Teoría Crítica de los Medios la influencia de las relaciones de poder mediáticas, mientras que en psicología la Gestalt y el Conductismo advirtieron, hace más de 40 años, las consecuencias sociales del mal uso de los medios de comunicación.
Lo cierto es que no hace falta profundizar mucho para comprender que en Venezuela los medios “informan” de acuerdo a sus intereses y su influencia ha sido fundamental para la toma de decisiones individuales y colectivas. En un país con un proceso político-social como el nuestro, el papel de los medios puede resultar tan peligroso como favorable.
Favorable porque si los medios informaran, de forma responsable y equilibrada los usuarios lograrían formarse una opinión critica para incidir en su realidad, pero manipular las noticias y distorsionar el contexto informativo resulta mucho más que peligroso para una sociedad en transformación.
Una cosa es el papel de los medios y otra es el del periodista. Digamos que uno puede llegar a “justificar” que los medios, al ser empresas con intereses mercantiles y políticos, traicionen las necesidades el derecho a la información de sus usuarios, pero lo que para mi es injustificable es que un periodista asuma un rol de vocero político cuando se supone que “informa” ante un medio de comunicación social.
Que el periodista traicione su formación y los principios éticos de nuestra profesión, por sumarse a una línea editorial, por asegurar un “quince y último”, por mantener un cargo…eso cuesta (en inversión y consecuencias) muchísimo más de 30 monedas…