Debate, respeto, tolerancia, son palabras que han rebotado en el papel, en la pantalla, en los correos, en la conversa cotidiana…y que últimamente han bailado al son de quien quiera usarlas, pero ellas, a mi juicio, se resumen en un concepto importante: Responsabilidad.
Topocho el viernes pasado me mencionó en un post, en le que dice que me dio la razón y yo te contesté “automáticamente”. Seguramente fui yo la que no entendí. Lo cierto es que me usa como ejemplo para luego hacer una critica a la blogósfera. Te cito: “estamos desaprovechando esta herramienta que nos permite conversar, para seguir el patrón de los monólogos que tienen auditorio forzado”
Justamente porque yo entiendo la importancia de este espacio, es que hago uso de él de forma responsable. Y recuerdo que hice una invitación abierta al Catalejo, Kareta y al mismo Topocho para que dialogáramos en un podcast, pero ninguno de los tres pudo participar, la invitación quedó abierta, sin embargo nunca han venido.
Entonces me pregunto si realmente en la blogósfera tenemos disposición al diálogo y si realmente es posible superar ese "diálogo de sordos" del que sabiamente habló Edgar este fin de semana.
Es perfectamente válido que cada persona tenga una posición. Es absolutamente legítimo que cada quien defienda su posición y sus criterios. Es lógico que se postee todo lo que se quiera sobre determinado tema, porque para eso tenemos absoluta libertad de expresión.
Yo en lo personal, ni quiero, ni sueño, ni pretendo convencer a nadie para que cambie de opinión. Yo tengo una posición que espero sea respetada, como la de los otros. Cuando se parte desde el criterio que el contrario está equivocado, confiando en que se tiene la verdad absoluta, ya empezamos mal. ¿Es que acaso el otro no tiene derecho a tener una opinión distinta?
Pero lo que no entiendo, y a ver si alguien puede explicármelo, es la descalificación constante, la poca argumentación, el leer solo lo que se quiere leer.
¿Por qué caer en el insulto, en el atropello, en el cuestionamiento moral o personal, simplemente por emitir una opinión que difiere? ¿Es muy difícil respetar al contrario, escucharlo sin embestirlo a priori? ¿Acaso hay que atacarlo solamente porque es contrario? ¿Acaso es legítimo practicar el linchamiento virtual como ejercicio para descargar hormonas, rabias, resentimientos?
Hace un tiempo Kareta escribió un post extraordinario sobre la posibilidad de unir esfuerzos desde el respeto, y distinto a lo que se esperaba, recibió comentarios contrarios que cuestionaban su llamado a la tolerancia. Más recientemente Alex también hizo un llamado sobre el debate necesario en la blogósfera.
¿Es que acaso desde la blogósfera no se pueden tejer puentes de comunicación sanas? ¿Crear redes o sociedades que permitan la construcción de conocimiento?
Pese a la polarización que tenemos en Venezuela, pese a las diferencias propias, pese a la disidencia (que me parece maravillosa), pese a los colores que nos dividen, ¿es acaso imposible debatir desde el respeto y la tolerancia? ¿Es mucho pedir en la blogósfera?
Las redes de la sociedad de información, como la blogósfera venezolana, son espacios para debatir ideas desde la construcción del conocimiento, desde le respeto, la tolerancia y el debate sano. Por esto rechazo la descalificación, la intolerancia, la violencia psicológica y ataques personales, de quienes no entienden que la libertad de expresión no debe ejercerse menoscabando los derechos de los otros.
Yo reivindico y creo en el uso de Internet, como una herramienta para el ejercicio de la ciudadanía plural, diversa y constructiva, propiciadora del debate y la movilización que genere propuestas de cambio.